Habla, pueblo, habla

El pueblo, (soberano, dicen) ha hablado y ha decidido quitar las llaves de los cortijos a la ramera de banqueros, Electricas y otras grandes empresas para devolversela a la legítima esposa; lo ha hecho olvidando que, si bien una era la puta vestida de señora decente, la otra, no por legítima, es menos puta, y que una vez con las llaves en la mano va a ejercer de señora de la casa, haciendo y deshaciendo, cambiando los muebles de sitio y tirando todo lo que no le sirve, e incluso si le sirve pero es que lo dejó la barragana; lo va a hacer con la ayuda de los que los han votado y luego, en agradecimiento van a recortarle los sueldos con la escusa de que España, su España, necesita del sacrificio de los españoles. Mientra tanto, ellos conservaran sus múltiples sueldos, sus trajes, aumentarán sus prebendas en nombre del pueblo al que representan y, eso si, crearán puestos de trabajo precarios y con sueldos de miseria. La consigna parece ser la eliminación de la clase media; ambos partidos parecen empeñados, con la precariedad en el empleo y los recortes sociales, que esto sea así; les interesa una clase baja temerosa, dócil y aborregada y que además esté agradecida del mísero mendrugo que le dejan llevarse a la boca.

No se que lectura debe hacerse de lo acontecido ayer en las urnas, pero a mi parecer estamos donde siempre: la izquierda, crítica y escéptica, se quedó en casa y la derecha salió a votar; el resultado esta ahí. En mi opinión Zapatero no ha sido un buen Presidente y ha sido un pésimo gestor. La derecha le debe un favor, porque yo creo que estas elecciones, mas que ganarlas el PP, las ha perdido, ¡y como! el PSOE. Si de aquí a las generales el Gobierno y el partido que lo respalda no son imaginativos y no dejan de bailarles el agua a los poderosos, si no hacen honor a la O de obrero de sus siglas, el proximo año puede ser un mal año.

Mi ilusión es que el Movimiento 15M sea el Pepito Grillo que España necesita, si es que no se queda en agua de borrajas. Quizas esté en nuestras manos que esto no suceda, porque si es así ya podemos empezar a ensayar aquello de hace 200 años: ¡¡Viva las caenas!