viernes, 23 de noviembre de 2012

La apuesta de Pascal


Ya que me he metido en lo profundo y aun a riesgo de ahogarme:
Según me enseñaron "cuando chico", basta el arrepentimiento para que Dios te permita la entrada en el Cielo. Así las cosas, muchos ateos solicitan la presencia de un sacerdote cuando presienten la cercanía de su muerte, circunstancia esta que los católicos utilizan a su favor diciendo que demuestra la veracidad de la existencia de Dios, puesto que hasta los que la negaban lo buscan en sus últimos momentos.
Desde el punto de vista del ateo, la cosa es muy distinta: Yo no creo en Dios, pero hay la posibilidad de que exista, si Dios existe también pueden existir el Cielo y el Infierno, por tanto puedo haber vivido equivocado toda mi vida. Si me arrepiento de mi error y reconozco la existencia de Dios y resulta que es cierto ¿que pierdo? Nada. ¿Que gano? El Cielo. Si no me arrepiento y continúo negando la existencia de Dios y es verdad que no existe ¿que pierdo? Nada. ¿Que gano? Nada. Merece la pena que me arrepienta, es una apuesta segura no tengo nada que perder y un Cielo que ganar.
A esto se le llama la apuesta de Pascal, que la expresó del siguiente modo (según Wikipedia):

Vous avez deux choses à perdre : le vrai et le bien, et deux choses à engager : votre raison et votre volonté, votre connaissance et votre béatitude; et votre nature a deux choses à fuir : l'erreur et la misère. Votre raison n'est pas plus blessée, en choisissant l'un que l'autre, puisqu'il faut nécessairement choisir. Voilà un point vidé. Mais votre béatitude ? Pesons le gain et la perte, en prenant croix que Dieu est. Estimons ces deux cas : si vous gagnez, vous gagnez tout; si vous perdez, vous ne perdez rien. Gagez donc qu'il est, sans hésiter. », Pensées
Blaise Pascal (1670)

Traducido quiere decir lo siguiente:

Usted tiene dos cosas que perder: la verdad y el bien, y dos cosas que comprometer: su razón y su voluntad, su conocimiento y su bienaventuranza; y su naturaleza posee dos cosas de las que debe huir: el error y la miseria. Su razón no está más dañada, eligiendo la una o la otra, puesto que es necesario elegir. He aquí un punto vacío. ¿Pero su bienaventuranza? Vamos a pesar la ganancia y la pérdida, eligiendo cruz (de cara o cruz) para el hecho de que Dios existe. Estimemos estos dos casos: si usted gana, usted gana todo; si usted pierde, usted no pierde nada. Apueste usted que Él existe, sin titubear. Pensamientos.