martes, 7 de septiembre de 2010

Ayer y hoy

Mallorca

No te rindas

¿No habéis tenido alguna vez la necesidad de tener cerca a un amigo que os tendiera la mano  y os diera un consejo?. Ese consejo que casi nunca seguimos, esa mano que casi nunca tomamos pero que echamos en falta cuando no la tenemos. Yo creo que en algún momento de nuestra vida todos hemos tenido ese instante en que la tentación de tirar la toalla, de abandonar, de tumbarnos y dejar que la vida siga, pero sin ti, ha sido muy poderosa. Cerrar los ojos y dormir esperando que al despertar todo haya cambiado. Pero eso no es otra cosa que huir...
Hoy me apetece dejaros unas palabras de Mario Benedetti. Si algún día os encontráis en uno de esos momentos, acordaros de ellas y pensad que, con toda seguridad, hay alguien deseando daros la mano.

No te rindas, aún estás a tiempo de abrazar la vida y comenzar de nuevo, aceptar tu sombra, liberar el lastre y retomar el vuelo.

No te rindas, que la vida es eso, continuar el viaje, perseguir tus sueños, abrir las esclusas, destrabar el tiempo, correr los escombros y destapar el cielo.

No te rindas, por favor, no cedas, aunque el frío queme, aunque el miedo muerda, aunque el sol se ponga y se acalle el viento, aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tu seno.

Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo, porque lo has querido y porque yo te quiero, porque existe el vino y el amor es cierto, porque no hay herida que no cure el tiempo.

Abrir las puertas, quitar los cerrojos, bajar el puente y cruzar el foso, abandonar las murallas que te protegieron, volver a la vida y aceptar el reto.

Recuperar la risa, ensayar un canto, bajar la guardia y extender las manos, desplegar las alas e intentar de nuevo, celebrar la vida, remontar los cielos.

No te rindas, por favor, AMIGO , no cedas, aunque el frío queme, aunque el miedo muerda, aunque el sol se ponga y se acalle el viento, aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tu seno.

Porque cada día es un comienzo nuevo, porque ésta es la hora y el mejor momento, porque tienes alas y puedes hacerlo, porque no estás solo y porque yo te quiero.

Y si queréis oírla: Mario Benedetti: No te rindas