martes, 25 de enero de 2011

Hijos de un dios menor

Los ciudadanos de baja categoría, es decir, los que no somos senadores, diputados, políticos con cargos, banqueros, ni de la SGAE, estamos a punto de recibir un par de puñaladas mas; por un lado Gobierno y Sindicatos están punto de dar por finalizada la pantomina de negociación de los recortes sociales. Quedan, como a ellos les gusta decir, algunos flecos: como presentar lo impresentable con cara de circunstancias, explicando lo duras que han sido las negociaciones, lo mal que lo han pasado, pobrecitos, y procurando que no les salga la risa. Porque a estos hijos de... un dios mayor, con sus pensiones aseguradas, sus ingresos de capos y sus indecencias, les importa una mierda si a los jubilados les llega o no la pensión; de hecho solo se acuerdan de ellos en campaña electoral, cuando se van a estrechar manos a residencias y mercados. A estos mercachifles de la corrupción les importa una mierda que no haya un español que logre cotizar 41 años a la Seguiridad Social y por tanto tener derecho a jubilarse a una edad digna, con una salud digna y una pensión digna. Ellos pactan como repartirse los euros, disfrazandolo de subvenciones, y partidas de esto y lo otro. Ellos, políticos y sindicalistas de élite, no saben de estrecheces económicas y noches sin dormir pensando en como poner la mesa al día siguiente o calentar la casa; sus agradecidos estómagos están tan recalentitos y tan requetebien que solo les preocupa como dar la cara y que alguien no se las rompa de un mamporro. Pero todo llegará.

La 'ley Sinde' tambien llegará a término, eso estaba cant..., perdón, estaba previsto, solo se trataba de un par de concesiones de nada, unos millones acá, otros allá, en fin, de llegar al consenso, que es otra manera de llamar al reparto del dinero de todos, ese que nos escatiman a vosotros y a mí y que luego se gastan en, por ejemplo, traductores para que unos ignorantes de tres al cuarto, policos de pacotilla, se sientan importantes con un pinganillo, como en la ONU. Pues a mi se me ocurren un montón de palabras que, estoy seguro, no necesitarían traductor.

Ahora, escenifican la propuesta de querer igualar las pensiones y privilegios de senadores y diputados a la del resto de los españoles. ¿Alguien se cree eso?
Pero, aún siendo verdad, ni eso los redime, porque ya estarán diseñando la
formula para no perder nada. ¿Eliminar privilegios y prebendas? ¡Vamos, hombre! Entoces, deben pensar, ¿de qué sirve meterse en política?